Branding For Men.

Por qué permanecer alerta y enfocado puede marcar la diferencia entre un hombre próspero y uno decadente.

Sexto aniversario del pódcast, y una despedida lenta e inusual de los audios gratuitos.

Ser bueno para ser hombre no puede personificarlo todo en tu vida, aunque ha de representar algo importante.

Un hombre no precisa alardear para exhibir lo que sabe, el valor se demuestra con menos palabras.

Un hombre que no ha ganado y perdido batallas, nunca podrá sobrepasar su propia cruzada.

Cuanto más crece la confusión en la vida de un hombre, mayor es su necesidad de simplificarla.

Si un hombre elige, y tu elección es seguir las elecciones de otro, quizás, estás en el mandato errado.

Si tu calidad es inferior al importe pagado, eres un estafador y atraerás compradores enojados.

No es tu recorrido pasado lo que te define como hombre, sino cómo lo empleas para redefinirte.

La mente de un hombre fuerte, masculino e inteligente, puede involucionar por vehemente.

El hombre que se rinde, difícilmente supera el intento fallido, en cambio, el que deja ir, aprovecha la caída.

Potenciar tu virilidad con mejores códigos masculinos, puede hacerte un hombre más listo.

Nos pensamos hombres sobresalientes, cuando solo estamos ocupados rindiendo como adolescentes.

¿Cuánta hombría te queda cuando estás desnudo?, ¿cuán viril eres cuando estás arruinado y solitario?

Respetamos al hombre extraordinario, al que puede asistirte con su lealtad y destruirte con su enemistad.

Para el hombre que ignora sus paredes, el futuro es más simple, para el que las ve sin derribarlas, un calvario.

El hombre que serás mañana es una extraña mezcla entre tu edición de niño y tu arquetipo de hoy.

Cuando no aprecias lo que vendes, o diseñas soluciones que nadie valora, eres un expendedor de basura.

Desconocer la narrativa detrás de los acontecimientos, te vuelve un hombre más frágil a lo inesperado.

No es lo mismo un hombre atendido que uno respetado, ganar respeto, precisa admiración.