Vidain Saltillo

Para muchos, la temporada de Navidad es complicada. Pero sin importar las circunstancias, la Navidad puede ser un recordatorio de la luz que vence la más densa oscuridad.

Perdemos mucho tiempo y energía haciéndonos preguntas como: "¿Están mejor que nosotros? ¿Es más inteligente, más divertido, más rico?" En este episodio, Alejandro Mendoza nos dice cómo liberarnos de la trampa de comparación de una vez por todas.

Todos sentimos la necesidad de aprobación. ¿Quién o qué usas como punto de referencia para decirte que estás bien? En este episodio, Alejandro Mendoza revela quién puede cambiar tu opinión sobre ti.

Todos queremos ser más ricos, inteligentes o divertidos. En este episodio, aprende por qué la comparación es un juego en el que nadie gana.

¿Por qué nos asociamos con otros de la comunidad para servir su causa? ¿Por qué es que la iglesia debe ser conocida por su generosidad? La respuesta a la pregunta es una verdad central para el cristiano y es esto: La extravagante generosidad de Dios hacia nosotros, nos impulsa a ser extravagantes en nuestra generosidad hacia otros.

La ira es una emoción que intentamos eliminar o manejar. Eso es porque generalmente nos enojamos por cosas cuando no logramos lo que queremos. ¿Pero sabías que Jesús también se enojó? Sin embargo, su enojo era diferente. Era sobre algo más importante que su orgullo herido.

Hoy estamos terminando esta serie que tiene que ver con la familia y específicamente con ser padres. No importa de dónde vengas o qué fe tengas, este es un tema relevante para todos porque todos somos parte de una familia. Escucha con nosotros el resto de los errores comunes que como padres cometemos y los principios que nos ayudarán a construir mejores familias y familias más sólidas.

Como padres seguramente hemos cometido algunos errores en el camino de educar a nuestros hijos. Hoy queremos compartir 3 errores comunes que como padres cometemos, así también te presentamos un principio y una acción para cumplir con nuestra estrategia de tener mejores familias y familias más sólidas.

La combinación de la influencia de la familia y de la iglesia, es la clave para levantar a la siguiente generación para enfrentar la vida con éxito.

Si estamos muertos al pecado, si el pecado no es nuestro amo, ¿cómo lo vivimos? Vivir como esclavo del pecado no toma ninguna iniciativa de nuestra parte. ¿Qué aspecto tiene vivir sin pecado como amo sobre nuestras bocas, nuestros ojos, nuestras mentes, y nuestras inseguridades?

Hay algo muy importante en la tragedia: Una tragedia siempre nos dará una perspectiva de la vida diferente. Quizá la tragedia la hayas experimentado personalmente o hayas sido testigo de ella. Pero, ¿Cuál es la perspectiva de Dios con respecto a las tragedias?

Todos queremos hacer lo que es correcto todo el tiempo, pero a veces terminamos haciendo lo que no queremos hacer. Parece inevitable. Si ni siquiera podemos vivir de acuerdo con nuestros propios estándares, ¿cómo se supone que vivamos bajo el estándar de Dios? En este mensaje, Juan explora lo que el Apóstol Pablo escribió acerca de la gracia de Dios y el poder de Jesús sobre el pecado en nuestras vidas.

Es difícil resolver un problema cuando no entiendes lo que está mal para empezar. Muchos de nosotros hemos estado tratando de resolver el problema de “nosotros” durante mucho tiempo. Algunos de ustedes han perdido amigos, familiares o trabajos porque no pudieron resolverlos. Algunos de ustedes han pagado a alguien un buen dinero para resolverlos. Pero, ¿y si el verdadero problema es que no sabes cuál es el problema?

Todo el mundo quiere sentirse necesario, y, a nadie le gusta sentir que él o ella no importan. Vamos a la universidad, aprendemos nuevas habilidades, asistimos a conferencias de liderazgo, y asumimos proyectos adicionales para ser indispensables. Pero llegar a ser verdaderamente indispensable es difícil. La mayoría de nosotros llevamos inseguridades que realmente no necesitamos. Aquí hay algunas buenas noticias: Jesús comenzó un movimiento llamado la iglesia. Tienes un papel que desempeñar en ese movimiento. Y tu papel es indispensable. La iglesia es el lugar donde no puedes ser reemplazado.

Cuando los primeros seguidores de Jesús invitaron a la gente a venir a verlo, no estaban tratando de explicar algo. Estaban invitando a otros a experimentar a alguien. Un ejemplo vivo es mejor que una larga explicación. Si a la gente no le gusta lo que ven en nosotros, no vendrán a vernos. Pero, ¿cómo sabemos a quién, cuándo y por qué hacerle una invitación?

La mayoría de nosotros llegamos a la iglesia porque alguien nos invitó. Esa dinámica ha estado en vigor desde los primeros días de la iglesia. La gente es atraída hacia la relación con Jesús cuando alguien les invita a venir a ver. Durante los últimos dos mil años, la iglesia -el movimiento que cambia la vida y altera el mundo iniciado por Jesús- ha crecido y crecido porque cuando experimentamos algo grande, invitamos a otros a experimentarlo también.

Tal vez te hayas preguntado: ¿Cómo empezó la iglesia? ¿Por qué la gente de todo el mundo se reúne cada semana para adorar a Dios? Desde los primeros días de la iglesia hasta hoy, las personas se convierten en seguidores de Jesús de la misma manera: a través de una invitación.

En la vida de cada persona tenemos asuntos o situaciones que sabemos que no están bien, y todos, absolutamente todos, necesitamos una persona que en ocasiones nos confronte. Tal cual David tuvo a Natán, nosotros necesitamos tener a un "Natán" en nuestras vidas. ¿Quién es tu Natán?

¿Qué sucede cuando elevamos nuestros deseos a "necesidades"? Cuando nuestros deseos toman un lugar que no es sano para nuestra vida y nuestro corazón se convierte en codicia. Es un estado privado y peligroso que inevitablemente está expuesto a los ojos del público. Alejandro nos habla de uno de los reyes más despiadados de Israel, Acab, una historia que nos enseña sobre los peligros de los deseos extraviados y como poner nuestros pensamientos en el camino correcto.

A veces miramos nuestras vidas y nos preguntamos, ¿Cómo llegué aquí? Cuando luchamos en nuestros matrimonios, familias o carreras, es tentador culpar nuestras circunstancias a la suerte o culpar a otras personas. Pero la Escritura señala algo más ... algo más sistémico. La Biblia dice que necesitamos poner nuestro corazón en el SEÑOR porque lo que nuestros corazones más valoran marca el camino para nuestras vidas.